Es una ardua tarea enseñar a que tu pequeño haga sus deposiciones en le lugar correcto, pero no imposible. Con paciencia y constancia educarás a tu perro a hacerlo en el lugar correcto.
Cuando el perro nace es la madre quien se encarga de enseñar buenos hábitos higiénicos. Habrás observado que la hembra mantiene su zona aseada, gracias a estar constantemente lamiendo a los cachorros para mantenerlos limpios y estimular los a hacer sus deposiciones. Con ello, el pequeño crece en un ambiente limpio, es su primer contracto con le hábito de la higiene.
Después que el cachorro se separa de su madre, serás tú quien coja el relevo de ilustrar a los pequeños los buenos hábitos. Para ello, deberás tener una buena planificación, según la etapa de desarrollo en que se encuentre (porque será diferente enseñar a un cachorro de 3 meses que un cachorro de 8 meses adoptado).
Paciencia y mucha constancia para que aprenda.
Hay tres premisas que deberá ser tú mantra: constancia, disciplina y paciencia. Sobretodo mucha paciencia deberás tener. Nunca te desesperes, no pienses que te están chuleado o lo hacen adrede, porque el problema es que todavía no entienden qué quieres que hagan, y sobretodo dónde quieres que lo hagan.
Así que, cuando el cachorro empieza a tener más movilidad, su interés por su entorno crecerá, por lo que estará revoloteando por todas partes, ante un nuevo mundo. Principalmente, seguirá a su madre en sus andares, bajo su protección. En sus aventuras de descubrir lo que le rodea, hará por primera vez sus necesidades fuera del nido (donde su madre parió) al estar estimulado por el esfuerzo de explorar.
Con el tiempo, el cachorro aprenderá que ese nido, donde su madre dió a luz y descansa, durmiendo la mayor parte del día, junto a su madre y hermanos, es un lugar limpio el cual no debe de ser mancillado. El perro aprenderá que ese espacio, que partir de ahora lo llamaremos su sitio o cama, deberá estar impoluto, por lo que tenderá a alejarse para hacer sus necesidades, fuera del radio de su cama.
Sin embargo, al separarlo de la camada todo cambia, y es donde nuestro papel cobra importancia. Al no tener a su madre ni hermanos que le ilustren en un espacio nuevo deberemos ser nosotros, sus guías, quienes debamos ayudar a este pequeño a aprender dónde está permitido defecar y dónde dormir. Se trata de un sitio completamente desconocido para el cachorro, por lo que no tienen ninguna referencia de dónde debe hacer sus necesidades.
Nuestro papel será el de suplantar su madre para educarlo correctamente al nuevo entorno.
Cuando el cachorro llegue a tu casa, deberás establecer la zona del descanso y otra, bien separada, para sus necesidades. Al ya tener un sitio decidido, te recomiendo que coloques empapadores. Al utilizarlos evitarás dañar el suelo de tu inmueble.
Si tu pequeño no lo hace encima de los empapadores, que será lo más normal, coge uno de estos y absorbe su orina donde lo haya echo. Luego limpia la zona con los productos necesarios para que desaparezca el olor, lo que llamaremos su referencia olfativa. No olvides que dedicamos una entrada a resolver cómo limpiar la orina del perro.
Al tener la referencia olfativa el perrito orinará en esa zona establecida como el baño.
No descuides que donde tenga su cama, además de poner sus juguetes, deberás colocar también su cuenco de agua y comida. El espacio estará delimitado para que le cachorro solo tenga acceso a esa área. Recuerda que los cachorros son unas máquinas de hacer caca y pipí. Normalmente, después de comer y beber, en estados de emoción (como el juego) y recién levantados.
Los cachorros duermen, juegan, comen, cagan y vuelta a empezar. Por ello, te recomendamos que su espacio esté correctamente delimitado y accesible. Contra más espacio tenga el cachorro más posibilidades tendrá que no haga sus cosas en el sitio correcto.
Premiar siempre su buen comportamiento, ignorar el malo.
Si ves que tu cachorro hace sus necesidades en los empapadores debes premiarlo con caricias, juguetes o comida, según lo que más le agrade a él. En cambio, si el perro no lo hace en la zona correcta no debemos castigarlo, sino ignorarlo completamente y limpiar el espacio infectado.
Sí, no es necesario gritarles, ni reñirles ni castigar cuando no lo haga en el sitio correcto, porque los cachorros buscan constantemente la aprobación y atención del guía. Por lo que el cachorro aprenderá rápidamente que si hace pipí en los empapadores recibirá esos halagos, que por el contrario si no lo hace en la zona correcta, no los recibirá. El cachorro tiende a repetir las acciones y gestos que son premiados, y erradicará los que no recibe ningún tipo de atención.
De la casa a la calle.
Cuando tu cachorro tenga todas las vacunas necesarias para salir a la calle, deberás coger el empapador (con su rastro de orina) y dejarlo en una zona del parque durante el paseo. Poco a poco lo aprenderá a hacerlo a fuera. Al mismo tiempo, deberán desaparecer los empapadores de la casa.
Llevar los empapadores con su orina durará poco, porque en la calle tiene muchas referencias olfativas de otros canes, lo que facilitará la tarea.
De cuatro patas a tres.
En los machos, al principio, orinan a cuatro patas porque todavía no tienen una estabilidad ni equilibrio necesario para realizarlo en tres. Algunos tardan más que otros, pero no te alteres si tu perro de 1 año y pico todavía lo hace cuando era pequeño.
No afecta a su relación con otros perros ni a su hombría. Recuerda, los perros no la tienen y les importa bien poco.