Entre los meses de Marzo y Abril encontramos la oruga procesionaria, o oruga del pino (Thaumetopoea pityocampa).
Es una plaga común en los pinares de la zona mediterránea, y tiene efectos perjudiciales en los árboles, pero además en el hombre y los perros que entran en contacto con ellas.
Si recuerdan en otro post explicábamos qué es esta oruga y por qué no se erradica en las zonas pobladas de España. Volvemos a retomar este tema, pero además os daremos algunos consejos si su perro o niño entra en contacto con la toxina de este tipo de bicho.
¿Dónde se encuentra la oruga?
La oruga procesionaria vive en los bosques de pinos y cedros de toda la península y Baleares. Cómo las larvas son muy sensibles al frío y a la humedad, no las encontraremos en los pinares de zonas montañosas altas (por encima de 1.500 metros), ni tampoco en zonas muy lluviosas.
Sin embargo, con el cambio climático los inviernos son más suaves, lo que les permite vivir en áreas montañosas de mayor altitud. Por ejemplo, en Sierra Nevada y Guadarrama, el pino albar, que tradicionalmente estaba fuera del alcance de las procesionarias, está empezando ahora a verse afectado.
¿Cómo vive la oruga procesionaria?
Las mariposas de la oruga procesionaria ponen huevos en las hojas de los pinos a finales de verano. Vuelan al atardecer, y sólo viven 1 o 2 días.
Las orugas nacen a los pocos días y empiezan a alimentarse de las hojas en ese el mismo árbol. Luego, se desplazan a otras zonas donde construyen nidos, llamados bolsones. Los bolsones son cómo grandes bolas de algodón, que se ven fácilmente en las copas de los pinos afectados.
Las orugas permanecen en el nido por el día, y por la noche salen a comer las hojas del pino. Si las noches son muy frías, las orugas salen a alimentarse durante el día.
A finales invierno (febrero, marzo, abril), cuando empieza a subir la temperatura y disminuyen las lluvias, las larvas bajan al suelo en procesión. Buscan el lugar adecuado para enterrarse y tejer un capullo. En él esperan que llegue el final del verano, para salir en forma de mariposa.
¿Qué problemas causa la oruga en las personas?
Cada oruga tiene unos 500.000 tricomas, que son unos pequeños dardos con sustancias tóxicas, para que se hagan una idea. Fácilmente se disparan cuando la oruga se agita. Se dispersan con el viento y permanecen en los bolsones vacíos.
Los tricomas contienen una sustancia tóxica e irritante, que al contacto con la piel y las mucosas, produce síntomas parecidos a los de la alergia, además existen personas que tienen realmente alergia a este insecto, por lo que es mortal si no se tiene cerca un antihistamínico.
Al tocar las orugas o los nidos se produce un picor intenso seguido de urticaria y dermatitis. Si los tricomas contactan con los ojos, llegando por el aire, pueden provocar conjuntivitis o incluso ceguera temporal. Los tricomas diseminados en el aire, además, pueden ser inhalados al respirar, y entonces provocan problemas respiratorios. Estos problemas afectan sobre todo a las personas que trabajan en los pinares.
Los niños pueden comerse las orugas, sufriendo problemas similares a los que sufren los perros. Se ha de prestar una atención adicional a los grupos de riego.
¿Qué problemas provocan en los perros?
Los perros más afectados son los perros jóvenes que contactan con la oruga de la procesionaria a principios de la primavera. El problema aparece cuando olfatean, lamen o comen la oruga, aunque también pueden tener contacto con tricomas que están en el aire.
Los síntomas, al igual que en las personas, se deben de la liberación de histamina, y son muy similares a los de la alergia.
Cuando el perro lame la oruga, presenta irritación en la lengua y mucha salivación. La mayoría de los perros se frotan la cara con las patas delanteras, y presentan molestia al intentar abrirles la boca. Es frecuente también que vomiten, incluso trozos de oruga.
Al rato, la lengua se hincha, hasta puede suceder en el interior de la garganta. Esto resulta muy doloroso, y además puede dificultar la respiración porque se obstruye el paso del aire a los pulmones.
Los perros pueden perder la lengua si la han lamido o comido.
Posteriormente, aparecen úlceras en la lengua. Con el paso de los días y debida la necrosis de la zona, pueden perder parte de ella.
Si el contacto es por la piel, aparece urticaria con prurito, y si es a través del aire, puede haber conjuntivitis.
¿Cómo evitar problemas con la procesionaria?
La oruga procesionaria sólo supone un problema en zonas determinadas: los pinares, en una época concreta (marzo-abril). Aunque con el cambio climático empezamos a ver las bolsas en los pinos a principios de diciembre o enero.
Los más sencillo sería evitar pasear al perro por un pinar a principios de primavera. Si vivimos en zona de pinares, saber si están afectados por la procesionaria es sencillo, porque los nidos se ven muy bien en los árboles.
Si estamos paseando por un pinar, y creemos que el perro a contactado con una oruga o restos de un bolsón, es importante lavarle pero sin frotar bien la zona afectada, que suele ser la boca y la lengua, con agua caliente en cantidad abundante. Para ser más prevenidos, los veterinarios ofrecen un medicamento, tanto para perros como para gatos, que ayuda a combatir los síntomas, mientras corremos con la víctima al veterinario. Es un sistema preventivo para quienes están lejos de un centro veterinario.
Prevenir es mejor que curar.
No olvidemos que las orugas producen también reacciones en nuestra piel. Si no tocamos la zona afectada directamente, nos evitaremos una urticaria. Podemos ponernos guantes y una prenda de manga larga antes de tocar al perro, o bien lavarnos también después con agua caliente abundante. Es importante no tocarnos luego la cara ni frotarnos los ojos.
Por úlitmo, el siguiente paso es acudir a un veterinario de urgencia para que aplique un tratamiento cuanto antes. Si estamos muy lejos, podemos solicitar instrucciones por teléfono a un veterinario de urgencias, y como se ha comentado en el párrafo anterior, llevar el medicamento preventivo.