Cómo impedir que tu perro tire de la correa

¿Cansado de que tu perro tire de la correa? Seguro que parece que se ahogue, y tus brazos están pasando factura. Te damos los mejores consejos para corregir esta conducta.

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¿Tu perro te pasea a ti? ¿Te gustaría no dejar tu brazo cuando salís? Te damos los consejos para pasear de forma agradable.

Cuando el paseo se convierte en. un infierno. 

Uno de los comportamientos que más molestan a los propietarios de los perros cuando los sacan a pasear es que el animal se dedique a tirar constantemente de la correa para llegar antes al ansiado parque, o para lograr que sigamos el itinerario que el animal desea, y no el que nosotros tenemos proyectado.

Éste es un comportamiento el cual hay que corregir, no sólo por el hecho que nos ponga nerviosos, sino porque, si es un perro con con mucha fuerza, puede acabar provocándonos lesiones en manos o en brazos debido a los tirones. Si quién saca a pasear al perro no tiene mucha fuerza, como un niño o una persona mayor, podría incluso caerse  ser arrastrado varios metros.

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Cómo hacer desaparecer esta conducta negativa

Una de las medidas más sencillas es calmar al animal. Para ello, cada vez que dé un tirón a la correa, nos pararemos un rato, hasta que nuestra mascota se dé cuenta de que somos nosotros quienes llevamos la correa, y no al revés.

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Cambio de sentido.

Si sigue tirando, deberemos cambiar el sentido de nuestro paseo. De ese modo, nuestro perro comprenderá que, si tira de la correa, no llegará a donde quiere ir, y que, para lograrlo, debe ir a nuestro paso. Para que el perro establezca una relación de forma más rápida y el adiestramiento sea más sencillo, no debemos olvidarnos de premiarlo con unas palabras cariñosas o unas palmaditas cuando nuestro perro no tire de la correa y camine a la velocidad adecuada.

Aprender ir a tu lado.

Mientras enseñamos a nuestro perro a caminar a nuestro lado, no debemos usar correas extensibles, ya que de ese modo no aprenderá. Tampoco deberemos usar los collares de ahogo o castigo, ya que en ese caso el paseo dejará de ser una experiencia placentera tanto para nuestro perro como para nosotros. Es cuestión tan sólo de tener un poco de paciencia y poco a poco lo lograremos.

 

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