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10 pasos para aumentar la seguridad en tu perro

Muchos perros son miedosos y reaccionan escapando o enfrentándose ante un estímulo que no les gusta, te damos unos consejos para evitarlo.

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Muchos perros, por el motivo que sea, son miedosos y reaccionan escapando o enfrentándose ante un estímulo que no les gusta. Te daremos algunos consejos para subir su autoestima y que sepa gestionar emocionalmente una situación aversiva.

Los tutores deben de reconocer a su perro. Algunos son miedosos, por lo que necesitarán ayuda extra para poder superar sus temores. Desde tener pavor a ruidos fuertes a la presencia de los niños, el perro necesita tener un apoyo, el cual le proporcione seguridad.

Te voy a dar unos consejos y pasos a seguir para que ayuden a mejorar la seguridad de tu perro. Se trata de ejercicios imprescindibles para poder tener y gestionar emocionalmente ambientes negativos (miedo, estrés, ansiedad, frustración).

Se trata de simples ejercicios que ayudará a realizar un proceso de reducción de estrés lo cual mejorará la calidad de vida de tu perro, es decir, aumentaremos el bienestar del animal.

Dichos ejercicios sirven, sobre todo, para perros miedosos, pero también se puede llevar a cabo con cualquier perro porque estamos ayudando a gestionar emocionalmente situaciones nuevas. De esta manera, podrá afrontar estas nuevas circunstancias en nuevos contextos, sin tener que responder con la huida, el enfrentamiento o la sumisión.

Cuando no sabes reconocer si tu perro es miedoso o inseguro.

Muchos tutores no sabe reconocer en qué estado emocional está en un cierto contexto su perro. Deben de tener claro que la ausencia de seguridad provoca miedo en el sujeto. Este miedo se presenta en diferentes intensidades, desde una ligera ansiedad hasta una alta angustia.

El miedo es uno de los principales focos de estrés. Por ello, el cuidador del perro ha de garantizar un espacio y entornos seguro. Sobre todo, en perros que sufren de estrés crónico, porque está demostrado científicamente que acorta la esperanza de vida del animal.

Podemos reconocer el estado del perro inseguro o miedoso a través de su lenguaje corporal: cola entre las piernas, orejas gachas, pelo erizado, posición corporal encogida,… También, se puede reconocer gracias a una eliminación excesiva (micción), exceso de vocalizaciones (ladridos), o por una constante voluntad de esconderse (huída).

A continuación, te voy a dar unos consejos y pasos a seguir para aumentar esta seguridad, y convertir al perro miedoso en alguien más seguro de sí mismo.

Suprimir los castigos, correcciones o riñas.

Sé que para muchos tutores es algo que me dicen imposible, pero en realidad lo que es difícil es el humano no grite ante una situación que le supera. Muchas veces la frustración del humano la paga el animal, quebrando esta manera el vínculo creado.

Dependerá de la sensibilidad del perro, algunos con una simple mirada directa puede hacer que, literalmente, que se mee encima el perro de miedo. Aunque parece una estupidez, lo ideal sería no castigar a vuestro perro, porque muchos de los problemas comportamentales desaparecen cuando se elimina el castigo en los métodos aprendizaje. Es porque el perro no tendrá que estar pendiente de evitar las correcciones ni los gritos diarios a los que somete su tutor al llegar a casa, por ejemplo, por encontrarse destrozos.

Eliminar los tirones de correa en el paseo.

Parece una bobada, pero es muy importante que en la calle el perro también se sienta seguro, y lo conseguiremos a través de un buen paseo. Se consigue gracias a eliminar los tirones de correa, algo muy desagradable para el perro, cuando se camine por la calle.

Los perros se comportan de manera muy diferente cuando están atados a cuando están sueltos. Este comportamiento tan dispar está motivado y provocado, indirectamente, por las asociaciones negativas creadas cuando van atados de la correa. Sobre todo, cuando el humano no para de tirarle para continuar la caminata. Por ello, es de vital importancia saber caminar sin que el perro tire de la correa, para no crearle estrés ni aumentar su ansiedad.

Cambiar el collar por un arnés.

Una de las primeras cosas que recomiendo siempre a todos mis clientes, cuando usan un collar inapropiado (el de estrangulamiento, el de pinchos o carlanca, collar eléctrico o de impulsos), es cambiar el collar a un arnés apropiado.

Lo ideal sería usar un arnés que no roce la espátula, ni dañe la espina de la espátula. Uno de los que recomiendo comprar es este aquí.

Aunque el perro no esté tirando, el collar le provoca inseguridad. Sobre todo, cuando se están usando los collares de pinchos o de ahogo, porque el perro no es consciente de que cuando tira se está aplicando el mismo el castigo.

Por lo tanto, cada vez que el perro se autocastiga frente a otros perros o personas lo asociará a estas. De esta manera, conseguirás que cada vez les guste menos, y les provoque más miedo, incluso puede desencadenar en problemas de agresividad.

Reaccionar negativamente cuando tu perro está ladrando.

Una de las cosas que la mayoría hace es inhibir el ladrido. Pero no nos damos cuenta que el ladrido es un método de comunicación esencial en los perros. Ladra equivaldría a el llanto, la risa, las palabras o los gritos de los humanos.

Si no dejamos expresar al perro mediante los ladridos, es decir, que se exprese emocionalmente, reforzamos el estrés que estaba padeciendo, e incluso pueden aparecer otros problemas de conducta mucho más graves, imprevisibles e indeseables, como puede ser la agresividad.

El ladrido provocado por el miedo irá desapareciendo progresivamente, gracias a ejercicios que reduzcan su estrés, hasta que desaparezca el temor.

Despreciar el ladrido de advertencia.

Nunca debemos despreciar o hacer caso omiso del ladrido. Un animal con miedo ante una situación o contexto negativo sólo puede reaccionar de tres maneras: congelarse, huir o defenderse. La mayoría de perros de nuestra sociedad aprendido a reaccionar agresivamente para evitar lo que consideran un peligro, en vez de huir. Por eso, no se ha de tomar a la ligera el ladrido del perro, ya que nos está dando mucha información sobre su estado emocional.

Inundación: nunca obligar a la fuerza al perro hacer algo que no quiere.

La inundación es una técnica que está contraindicada en cualquier caso, y más cuando el sujeto tiene miedo. Se trata de uno de los aprendizajes no asociativos que trata de la exposición repetida a un estímulo que provoca un aumento de la tasa de respuesta. No se ha de confundir con la sensibilización.

En el ejercicio podemos incitar o animar al perro gracias a algún premio, como por ejemplo un juguete o comida, porque será el perro quien decide acercarse uno. Nunca cogeremos al perro y lo pondremos en medio o cerca de ese premio, lo que queremos es que voluntariamente el perro se acerque al premio, que a su misma vez está cerca del estímulo que me provoca una respuesta respuesta de alta intensidad.

Hacer los ejercicios bajo presión, ayudarnos de nutracéuticos.

Una de las cosas que la gente no comprende es que debemos de estar calmados cuando estemos practicando con nuestros perros. No vale fingir fingir o pretender, ya que el perro sentirá nuestro estado anímico. Hemos de estar seguros y tranquilos para poder transmitir seguridad al perro.

Tuve en caso de un perro que sufría Ansiedad Por Separación (APS). Sin embargo, su consulta fue porque su perro se estaba volviendo a agresivo con su humano. El problema era que cada vez que el chico volvió su casa y veía los destrozos se ponía hecho una fiera.A principio perro un día de esta actitud tan agresiva de su mano, hasta que al final acabó mordiéndolo. El problema fue que era superior al chico el no poder decir nada cada vez que volvía del trabajo. Como al chico joven, le propuse que cada vez que llegase del trabajo se fuese directamente a dar unos puñetazos a un saco de boxeo. Después de 10 minutos de zurrar ese saco se había calmado, por lo que podría abordar a su perro con otro estado de ánimo.

En ocasiones, necesitamos ayudarnos de algún nutracéutico. No son medicamentos químicos, sino que se trata de productos naturales que ayudan al sistema límbico del animal.

Crear una zona tranquila en casa exclusiva para él.

La zona segura no debe ser una que nosotros decidamos. El perro será quien la escoja. ¿Cómo reconocerla? Muy fácil. Cuando en una tormenta, o una festividad que tiren petardos será dónde va tu perro a resguardarse. Puede ser desde debajo de la cama de tu hermana pequeña, hasta en la bañera del cuarto de baño.

Se trata de un espacio el cual es el perro se siente seguro y tranquilo. Empezaremos en la zona que ha escogido, como puede ser la bañera, y progresivamente podremos desplazarlo a una zona que hayamos escogido. El lugar escogido será como un santuario, es decir, nunca deberá ser molestado, si no desea salir no se lo obligará, y se le dejará tranquilo hasta que se pueda relajar y salgo por sí mismo.

Reconocer y señalar los estímulos que le produce inseguridad.

Lo recomendable sería elaborar una lista con todas las situaciones o contextos en la que el perro ladra, tiembla, babea, se tensa el cuerpo, se le eriza el pelo del lomo, tiene posición encorvada, orejas gachas, cola entre las piernas, intenta huir, o escriba el contacto visual directo con el sujeto extraño. Todas estas señales son indicios que indica que el animal sufre miedo. Así conoceremos todos los contextos en que se dan.

Después recomendaría, a los que están más avanzados el lenguaje canino, que hagan una lista, pero exclusivamente las situaciones en la que el perro ladra. De esta manera, podremos empezar a interpretar y reconocer el estado emocional que todo provoca esa vocalización. Sabremos si se trata de un ladrido por alegría, frustración, ira, miedo o simplemente para llamar la atención.

Superar la lista poco poco.

Por último, lo que queda es abordar esa lista que acabas de hacer, pero sin llegar hacer una inundación. Lo que haremos será exponer al animal a ese estímulo que da una respuesta indeseada de manera controlada y respetando el umbral de tolerancia. El umbral de tolerancia se trata de una distancia en la cual alguien tolera o permite algo que no le gusta, antes deq que reaccione.

Un ejemplo del umbral de tolerancia sería aquella persona que tiene miedo a las arañas (aracnofobia), la cual puede tolerar verlas por la televisión, verlas en una pared a 10 m, pero no podrá si está encima de la mesa en la que come.

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